miércoles, noviembre 08, 2006

ARGENTINA - A BUENOS AIRES NO SE LLEGA A DESCANSAR


Para llegar a Buenos Aires primero tuvimos que soportar un giro final del destino. Saldríamos a Arequipa muy temprano (después de unas empanaditas salteñeras en la cafetería del aeropuerto) para llegar al aeropuerto de Lima a las 6.30 y abordar el vuelo hacia Buenos Aires a las 7.45 lo que nos dejaba muy poco tiempo para llegar a registrarnos y poder tomar el avión. Si perdíamos la ida perderíamos la vuelta por el tipo de ticket que teníamos.

El plan era que las maletas salieran pronto del avión para correr al counter a registrarnos para el siguiente vuelo. Allí fue donde empezó el problema. Así que Jesusinho tuvo que correr hacia el counter mientras el Locón esperaba a que salieran los 28 kilos de mochilas. Cargué los bultos al carrito y llegue a encontrar a Jesusinho ya haciendo todos los trámites. Pasamos las cosas hacia la bodega para informarnos que seríamos los últimos a abordar.

Era como para ponerse a llorar de la emoción…

Luego de un vuelo tranquilo llegamos a Ezeiza, el aeropuerto internacional de Buenos Aires. Allí nos esperaba la familia de Jesusinho que nos recibió con los brazos abiertos. Luego de la inevitable emoción del recuentro madre-hijo, nos dirigimos a su casa, en el partido de San Martín, lejos del centro. Allí nos instalamos en una habitación tan acogedora que al toque el locon se quedó dormido hasta media tarde. Ese día realmente fue de puro descanso después de todas las peripecias pasadas en Bolivia.

En la noche salimos a caminar por las calles de San Martín con Doña Lourdes (la mamá del Jesusiño) y el Toby (el hijo-canino de la casa) cerrando un día de franco relajo. Todo tranquilidad, todo paz, todo calma.

Al día siguiente la cosa cambiaría con una visita al Microcentro. Luego de tomar el bus hasta el Terminal de Tren de San Martín para hacer conexión con la línea Mitre hasta Retiro, aterrizamos en la ciudad que parece que nunca duerme. Uno que llega de Bolivia en donde las cosas suceden lenta y pausadamente y termina en una ciudad en donde si uno no avanza lo hacen avanzar. Gente de aquí para allá, negocios abiertos por todos lados, revistas en todas las esquinas. Aquí francamente hay de todo.

La avenida Corrientes hay que recorrerla de cabo a rabo para tener una idea del estilo de vida del porteño. Es la calle cultural, donde se respira movimiento, donde la gente anda y vuelve a andar. Desde donde se puede observar el Obelisco que conmemora cuatro hechos históricos (con inscripciones en cada uno de sus lados) porteños: la primera fundación de 1536, la segunda y definitiva de 1580, la primera vez que se izó la bandera nacional (en la iglesia de San Nicolás, justo donde ahora esta el obelisco) y la constitución de Buenos Aires como capital argentina en 1880.

Para quien no lo sepa: a Buenos Aires la fundaron dos veces. La primera por Pedro de Mendoza que llegó con un tropel de gente, u nuevo nombre (Nuestra Señora del Buen Ayre) y se encontró con la resistencia de los indios locales que fue suficiente como para echar la empresa por tierra al punto que los colonos empezaron a comerse entre sí para evitar el hambre. Luego, Juan de Garay lo volvería a intentar con una estrategia diferente y refundo la ciudad con un nombre más largo aún: Ciudad de La Trinidad y Puerto de Santa Maria del Buen Ayre.

Hay tantas cosas por ver en Buenos Aires que se podría hacer este blog francamente más largo de lo que ya es. No. Sólo me limitaré a notar cosas que me sorprendieron:

- El obelisco, tremenda construcción que para sacar la foto de ley hay que alejarse lo suficiente y tirarse al suelo para que salga completa.
- La calle Florida, mismo Jirón de la Unión (para quien conozca Lima), una “peatonal” (como le llaman allá a las calles donde sólo circula la gente) netamente comercial donde el Locón fue muy feliz a percatarse que cada 35 pasos se puede encontrar una enorme librería. Inicia en otra calle llamada Perú.
- La Plaza de Mayo, lugar de interés especial histórico donde se puede encontrar la Casa Rosada (que me la imaginaba más grande e imponente de lo que es) y la Catedral (donde está la tumba del General Don José de San Martín, punto de visita obligado para presentarle los respetos al libertador).
- Caminito, obligada visita turística aunque francamente demasiado “turística” por decirlo de alguna manera. Pero si uno vuelve de Bs. Aires sin una foto en Caminito lo más probable es que le digan a uno “¡Qué! ¡No has ido a Caminito! Gueyyy.. Boludo que has hecho en Argentina cheee…”.
- El Tigre, un paseo por el delta del Paraná y disfrutar el “buen ayre”. Para llegar hay que tomar el Tren de la Costa y no como nosotros que nos fuimos en Bus y llegamos cuando ya todo estaba cerrando.

Para caminar por Bs. Aires se requiere de un buen mapa. En Galerías Pacífico (en Florida hay una entrada al Mall) hay información turística y se puede pedir una guía de calles gratis muy útil (además que visitar el centro comercial es básico aunque sea sólo para ver el fresco del techo), sin embargo un bueno libro que también es un buen recuerdo de viaje es La Guía Tridimensional de Buenos Aires de Daniel Santoro. Andaba media escasa en las librerías pero para la segunda vez que estuve por la ciudad la encontré en todas las librerías. La Guía de Buenos Aires de Editorial Océano es más baratita y práctica para andar libremente también. Recomendada.

El día se nos acabó más rápido de lo esperado así que tuvimos que volver a San Martín a cenar con las dos Quilmes de ley, refresco de Pomelo y empanaditas (¡otra vez empanadas!).

Dejemos la narración allí para dejar para la próxima algunos detalles de los días recorriendo el centro de Bs. Aires.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Che, Locon. Llegaste a Buenos Aires. Pero que bueno!!
Hace un tiempo (un mes mas o menos) que estoy siguiendo tu blog porque me interesa la info que tenés sobre Bolivia y Perú ya que en Enero estaré de vacaciones por esas tierras.
En Buenos Aires intentá salir un poco del circuito turístico. Hay muchas exposiciones de arte y shows de música y teatro para disfrutar. Suerte!!